En el calor de las brasas ardientes,
se cocina con sazón la carne asada,
su aroma tentador vuela en el viento,
y despierta en mí pasión desbordada.
Sobre la parrilla, las llamas bailan,
acariciando trozos de carne tierna,
sabores se entrelazan y se enlazan,
creando una delicia que el paladar gobierna.
Un jugo suculento ciera cada bocado,
carnes sazonadas con amor y esmero,
en cada mordisco un deleite inigualado.
La carne asada, un festín verdadero,
un arte hermoso que en mi alma se ha grabado,
sabores que quedarán en mi recuerdo.
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